En el Palacio de Prelo, los huéspedes disfrutarán de un entorno tranquilo y apacible, rodeados de verdes prados donde pace el ganado vacuno, con unas imponentes vistas sobre la Sierra de la Bobia y donde sólo el canto del ruiseñor romperá su sosiego.

Gracias a su situación privilegiada en el corazón del Parque Histórico del Navia, quienes se hospedan en el Palacio podrán visitar numerosos vestigios (castros de Coaña y Pendia) y disfrutar de un espléndido paisaje agreste, rico en brezos y en una flora autóctona que convierte a Boal en la capital de la miel.

Hasta mediados del pasado siglo XIX, hubo en Prelo un balneario de aguas sulfurosas especialmente indicadas para afecciones cutáneas. Aunque sólo quedan ruinas del establecimiento, seguimos disfrutando de las aguas de Prelo.

La comarca, además, se presta a numerosas actividades lúdicas y deportivas en la naturaleza, como excursiones a pie, a caballo o en kayak.